Este año ha comenzado más tarde de lo habitual con el consiguiente calor própio de la época, pero para los devotos y devotas de la virgen, éso no es ningún impedimento, la cerveza y el vino fresquito alivian el sofocante calor y mitigan el fastidioso polvo del camino.
La gente acude en masas a rendir pleitesia a la virgen, éso es la tradición, evidentemente, como ellos dicen, las tradiciones deben de perdurar y conservarse, yo también éstoy de acuerdo en que las tradiciones en las que el ser humano se enriqueze espiritualmente deben de conservarse, pero en ésta tradición que yo no entiendo ya que el jorgorio y la bebida está omnipresente, hay unas victimas silenciosas, victimas obligadas a tirar de carros y sin pecaos, victimas obligadas a cargar sobre sus lomos durante horas a personajes con sus copas en las manos, disfrutando, evidentemente, y enriqueciendo sus espiritus y sus almas con la tradición de la romeria.
Estas victimas silenciosas son los caballos, mulas, burros, poneys, bueyes, obligados a tirar de carros que en ocasiones van unas 10 o más personas cantando sevillanas, sin importar que éstas victimas silenciosas necesitan beber, comer y descansar, pero claro ellos no hablan, ellos no se revelan, ellos simplemente se dejan hacer, muchas de esas victimas jamás llegaran al destino del que partieron, los encargados de la recogida de cadaveres de animales, se encargaran de recogerlos y tirarlos en un estercolero, muchos de esos inocentes acabaran sus dias reventados porque un romero estaba muy agusto con su copa subido en sus lomos y no pensó en darle un descanso, muchos recibiran tratos vejatorios, recibiran palizas porque dejaran de andar porque el polvo asfixiante del camino no les dejara respirar, porque el cansancio estremo no les dejará continuar.
Desde que empezó ésta romeria en la que deberia de estar prohibido el uso de animales para tirar de las carretas, para tirar de los sinpecaos, y para llevar en sus lomos a romeros, no he dejado de pensar ni un solo día en ellos, cada minuto, cada segundo, se me viénen a la cabeza el sufrimiento y el maltarto al que estaran siendo sometidos éstos bellos animales, y me siento impotente por no evitarlo, me siento impotente por saber que ésto es cierto y que año tras año mueren, y me siento impotente por que sé que seguiran muriendo y nadie hace nada.
Ellos son las únicas victimas de todas y cada una de las tradiciones donde se utilizan animales, donde se les lleva hacia la estenuación, donde se les mata para nuestro disfrute, hasta que no dejen de celebrarse fiestas donde los animales son maltartados hasta la muerte, el ser humano, jamás será humano.
